GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, noviembre 13, 2010

HUMOR PATAGÓNICO, Roberto Arlt y Gustavo Guichón.

El Humor de historieta de pertenece a
Rodrigo René Cura (si bien peca por
la generalización) es
HUMOR
HECHO EN LA PATAGONIA ARGENTINA


y me acordaba de un discurso
(en este caso para Diputado) que
circuló mucho, sobre todo, en la época del
"que se vayan todos" y que escribió
Roberto Artl en el año 1.933
(que también peca por la generalización)
y que vale la pena leer
y como regalo
vídeo del uruguayo Gustavo Guichón.


"YO ASPIRO A SER DIPUTADO",
“Aguafuertes Porteñas”
de Roberto Arlt.
Escrito en 1933.
¿QUIERE SER USTED DIPUTADO?
Si usted quiere ser diputado, no hable en favor de las remolachas, del petróleo, del trigo, del impuesto a la renta; no hable de fidelidad a la Constitución, al país; no hable de defensa del obrero, del empleado y del niño. No; si usted quiere ser diputado, exclame por todas partes:
–Soy un ladrón, he robado... he robado todo lo que he podido y siempre.
ENTERNECIMIENTO
Así se expresa un aspirante a diputado en una novela de Octavio Mirbeau, El jardín de los suplicios.
Y si usted es aspirante a candidato a diputado, siga el consejo. Exclamé por todas partes:
–He robado, he robado.
La gente se enternece frente a tanta sinceridad. Y ahora le explicaré. Todos los sinvergüenzas que aspiran a chuparle la sangre al país y a venderlo a empresas extranjeras, todos los sinvergüenzas del pasado, el presente y el futuro, tuvieron la mala costumbre de hablar a la gente de su honestidad. Ellos "eran honestos". "Ellos aspiraban a desempeñar una administración honesta." Hablaron tanto de honestidad, que no había pulgada cuadrada en el suelo donde se quisiera escupir, que no se escupiera de paso a la honestidad. Embaldosaron y empedraron a la ciudad de honestidad. La palabra honestidad ha estado y está en la boca de cualquier atorrante que se para en el primer guardacantón y exclama que "el país necesita gente honesta". No hay prontuariado con antecedentes de fiscal de mesa y de subsecretario de comité que no hable de "honradez". En definitiva, sobre el país se ha desatado tal catarata de honestidad, que ya no se encuentra un solo pillo auténtico. No hay malandrino que alardee de serlo. No hay ladrón que se enorgullezca de su profesión. Y la gente, el público, harto de macanas, no quiere saber nada de conferencias. Ahora, yo que conozco un poco a nuestro público y a los que aspiran a ser candidatos a diputados, les propondré el siguiente discurso. Creo que sería de un éxito definitivo.
DISCURSO QUE TENDRIA ÉXITO
He aquí el texto del discurso: "Señores:
"Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a `acomodarme' mejor.
"Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas; no, señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuir al trabajo de saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado.
"Robar no es fácil, señores. Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden, señores. En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente". Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas en el actual momento histórico y trascendental. Y créanme, señores, yo seré un ladrón, pero antes de vender el país por un plato de lentejas, créanlo..., prefiero ser honrado. Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado.
"Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar. Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar. Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré el Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines... ¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes. Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio "ipso facto" a mi candidatura...
"Piénsenlo aunque sea un minuto, señores ciudadanos. Piénsenlo. Yo he robado. Soy un gran ladrón. Y si ustedes no creen en mi palabra, vayan al Departamento de Policía y consulten mi prontuario. Verán qué performance tengo. He sido detenido en averiguación de antecedentes como treinta veces; por portación de armas –que no llevaba– otras tantas, luego me regeneré y desempeñé la tarea de grupí, rematador falluto, corredor, pequero, extorsionista, encubridor, agente de investigaciones, ayudante de pequero porque me exoneraron de investigaciones; fui luego agente judicial, presidente de comité parroquial, convencional, he vendido quinielas, he sido, a veces, padre de pobres y madre de huérfanas, tuve comercio y quebré, fui acusado de incendio intencional de otro bolichito que tuve... Señores, si no me creen, vayan al Departamento... verán ustedes que yo soy el único entre todos esos hipócritas que quieren salvar al país, el absolutamente único que puede rematar la última pulgada de tierra argentina... Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamento en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad es que no hay justicia, señores..."
Con este discurso, la matan o lo eligen presidente de la República.

¿ Quién fue Roberto Arlt?
Hijo de un inmigrante prusiano y una italiana, Roberto Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires, en el barrio de Flores, el 2 de abril de 1900.
Publicó El juguete rabioso, su primer novela, en 1926.
Por entonces comenzaba también a escribir para los diarios Crítica y El Mundo.
Sus columnas diarias Aguafuertes Porteñas, aparecieron de 1928 a 1935 y fueron después recopiladas en el libro del mismo nombre.
Se divertía contando de sus amistades con rufianes, falsificadores y pistoleros, de las que saldrían muchos de sus personajes. Las Aguafuertes se convirtieron con el tiempo en uno de los clásicos de la literatura argentina.
Fue estibador, capataz de una fábrica de ladrillos, pintor, mecánico, hojalatero, aspirante a inventor, periodista. El credo de este autor marginal parece hermanarlo a los de Boedo; en su prólogo a Los lanzallamas, segunda parte de Los siete locos, Arlt escribe: “Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes empleos nacionales. Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo. Se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de sus familias“.
Al mismo tiempo de su actividad como escritor, Arlt buscó constantemente hacerse rico como inventor, con singular fracaso. Formó una sociedad, ARNA (por Arlt y Naccaratti) y con el poco dinero que el actor Pascual Naccaratti pudo aportar instaló un pequeño laboratorio químico en Lanús.
Llegó incluso a patentar unas medias reforzadas con caucho, que no fueron comercializadas, y al decir de un amigo, "parecen botas de bombero".
En 1935, viajó a España y África enviado por El Mundo, de donde salen sus Aguafuertes Españolas.
Pero salvo este viaje y alguna escapada a Chile y Brasil, permaneció en la ciudad de Buenos Aires, tanto en la vida real como en sus novelas, Los siete locos y su continuación, Los lanzallamas.
Murió de un ataque cardíaco en Buenos Aires, el 26 de julio de 1942.

LA FRASE DE ROBERTO ARLT:
"Ganarse la vida escribiendo
es penoso y rudo".


TATA, YO QUIERO SER DIPUTADO.
AUTOR: Abel Soria.


Tata búsquese otro socio
que el campo me tiene hastiau;
yo no nací p'al arau
sino p'al lujo y el ocio.
Plantar papas no es negocio
ni tarea muy sencilla,
cuesta mucho la semilla
y es demasiao lo que cuesta,
que el año que no se apesta
se la come la vaquilla.

Los porotos de manteca
este año no dan pa'un guiso
porque les cayó granizo
y son pura chaucha hueca.
Las batatas con la seca
se arrollan como en el fuego,
y si a la Virgen le ruego
que no se quemen del todo;
llueve mucho y de ese modo
se pudren pasao de riego.

El alfalfa en este pais
parece una maldición;
la lagarta y el pulgón
le comen hasta la raiz.
Y cuando uno planta maiz
y no hace mas que cuidarlo,
pa´ mas tarde saborearlo
convertido en mazamorra
aparecen las cotorras
y no le dejan ni el marlo.

Si hace daño un hormiguero
hay que echarse de barriga
pa' perseguir una hormiga
y descubrirle el aujero.
Después darle un frasco entero
del mejor insecticida
pero con esta medida
por más que parezca raro
matarlas sale más caro
que perdonarles la vida.

Hasta el campo está cansau
y no hay cosecha que rinda
la chacra no es cosa linda
pa' estar en ella enterrau
Yo quiero ser diputao
en vez de un pobre paisano,
no cinchar como un enano
sino hacer cada vez menos
comprarme perfumes güenos
y no andar hediondo a guano.

Gastar plata a troche y moche
sin sentir la carestía
y en vez de arar todo el día
garufiar toda la noche.
No andar a pie sino en coche
con distintivo en la chapa
tomar whisky en vez de grapa
es lo único que quiero
y en vez de ser un papero
poder estar con la "papa".

Vocear desde la tribuna
una sarta de simplezas,
y hacer bastantes promesas
para no cumplir ninguna.
Amasar una fortuna
pa' colacarla a interés,
mentir un tiempo y después
tener un nuevo vehículo
y disfrutar del artículo
trescientos ochenta y tres.

Manejar pleitos y leyes
hacer algún acomodo,
y tener mucho de todo
pa' vivir como los reyes.
Hoy mismo vendo los bueyes
la pastera y el arau,
porque soy un avivau
que solo piensa en la plata
y por eso mismo Tata
yo quiero ser diputau.

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